Uno de los guisos con legumbres más típicos de estos días es el potaje de garbanzos acompañado de espinacas o acelgas (verdura de temporada) y bacalao. Por lo que los amantes del potaje de vigilia, el bacalao, la sopa de ajo, la tortilla de camarones y demás platillos de Semana Santa están de parabién. Eso sí, para compensar los sacrificios de la vigilia, la tradición brinda también ricos -y no tan sanos- dulces como las torrijas , un postre imprescindible durante la Cuaresma y la Semana de Pasión, las rosquillas, la leche frita, los buñuelos, la mona de Pascua y los pestiños.
Es época de Cuaresma, que es el lapso de tiempo entre el Miércoles de Ceniza y el Jueves Santo, es un
período de 40 días durante el que los cristianos hacen voto de penitencia,
oración y ayuno. La tradición religiosa dictaminaba “vigilia” o prohibición de
comer carne, que además de estos 40 días, también se extendía a todos los
viernes del año, tendríamos que
recordar que hasta hace sólo 50 años aún se compraba la "bula de
carne" para saltarse los preceptos culinarios de la Iglesia aunque hay que reconocer que lo bueno que ha traído consigo la vigilia, son unas
recetas espectaculares combinando ingredientes diferentes a la carne. Las
limitaciones que suponía la abstinencia desarrolló
el talento de los cocineros, que acudían a diversos recetarios, algunos de los
más populares fueron La cocina práctica, tratado y
recetas de comidas de vigilia y colaciones, Cocina de Cuaresma y Ayunos y abstinencias.
Hoy en día, al menos en España, la Semana Santa es un ejercicio más espiritual que físico y sus manifestaciones públicas se limitan a las misas, procesiones y costumbres culinarias propias de estas fechas. Si queréis más información sobre estas costumbres culinarias os recomiendo leer este artículo. Así que os animo a que hagáis el potaje de vigilia y así recordar los platos tradicionales de nuestros padres y abuelos, amén de ser un plato delicioso y contundente.
Ingredientes:
- 250 g de
garbanzos secos
- 150 g de
espinacas
- 200 g de bacalao
desalado, sin espinas
- 4 dientes de ajo
- 2 cebollas
medianas
- 1 rebanada de pan
frito
- aceite de oliva
- sal
- 1/2 c/postre de
pimentón
- 1-2 huevos cocidos
Elaboración:
1. En primer
lugar, ponemos los garbanzos en remojo la noche anterior en agua
templada con un puñado de sal.También
pondremos el lomo de bacalao, si es en salazón, en un bol con agua
fría cubriéndolos bien de agua y con la piel para arriba 24 horas antes,
cambiando el agua cada 8 horas ( lo haremos 2 o 3 veces en total) dejándolo
dentro del frigorífico.
2. Escurrimos los
garbanzos y lavamos, pasamos por agua el bacalao y lo desmenuzado en trozos que cojan en la boca (a gusto).
3. En una
cazuela grande, ponemos bastante agua pondremos: 1 cebolla, 2 dientes de ajo, el laurel y sal, cuando hierva el agua añadiremos los garbanzos dejamos que se cocinen a fuego medio durante 1 hora o 1 hora y 1/2 aprox. siempre dependerá de la variedad de los garbanzos que utilicemos. En
olla exprés pueden ser unos 20 minutos.
4. Pasado el tiempo de cocción de los garbanzos, vamos a añadir un sofrito, para ello freímos la cebolla picada fina, salamos y pochamos cuando la tengamos bien pochada retiramos del fuego y añadimos el pimentón, removemos bien para que se mezcle. Es importante que el pimentón no se queme, si tenemos que esperar a que se temple el aceite, esperamos. Vertemos el sofrito en los garbanzos y removemos. (Siempre remover desde las asas en vaivén) dejamos cocer a fuego suave.
5. Mientras cocemos el huevo y en una sartén con aceite, freímos los dos dientes de ajo restantes enteros hasta que estén dorados y el pan hasta que esté dorado y crujiente, reservamos.
6. Añadimos las espinacas a los garbanzos en tandas, en breve tiempo irán reduciendo su tamaño, dejamos cocer un par de minutos y añadimos el bacalao desmigado, movemos la cazuela a modo de vaivén y en 5 minutos estará nuestro potaje, pero aun falta el toque final.
7. Pasados los 5 minutos desde que hemos echado el bacalao vamos a añadir un majado, para dar más consistencia al caldo que consiste en machacar el pan con el ajo frito que teníamos reservado en un mortero y añadimos ese majado al potaje.
8. Por último pelamos el huevo cocido y lo cortamos en pequeños trozos y se lo añadimos a la cazuela justo antes de servir. Rectificamos de sal y a la mesa.
El próximo viernes ya se q voy a preparar para comer, solo con ir leyendo la receta, se me hizo la boca agua
ResponderEliminarMadre mía que pinta tiene ese potajito, me recuerda los que hace mi madre en el pueblo en semana santa.
ResponderEliminarSugerencia muy rica: Junto con el huevo duro picado poner también un picado de almendra muy fino y añadir al final.A gustos..
ResponderEliminarDeliciosa receta, me encantan los garbanzos acompañados con espinacas, el alto contenido en proteínas es muy interesante para la salud.
ResponderEliminarY sabe de maravilla, bs
EliminarBueniiisiiima
ResponderEliminarMe alegro que te guste Concha, bs
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